La medicina integrativa se basa en la evidencia y se centra en el paciente y la mayor parte de sus principios fundacionales son compartidos por la medicina convencional. La medicina integrativa ve la relación con el paciente, y ve en ello al elemento terapéutico central. Tiene un enfoque holístico, por lo cual valora las dimensiones mental, corporal, espiritual, social, comunitaria y ambiental de la salud. Destaca con fuerza las prácticas físicas fundacionales de salud como la nutrición, ejercicio, sueño y manejo del estrés. Su objetivo principal es evitar la enfermedad. Reconoce que el ser humano tiene una capacidad poderosa, innata, espontánea, de curarse, y se enfoca en identificar y remover obstáculos para esta capacidad de curación natural.